Los principales síntomas que deben alertarnos para sospechar de un gato hipertiroideo son una PU/PD, hipertensión sistémica; problemas de polifagia seguidos de episodios de inapetencia lo que le llevaran a tener diarreas y vómitos; taquicardia y soplos con ritmo de galope y por último problemas dermatológicos como alopecias no simétricas o pelo mate y descuidado. El gato también sufrirá de perdida de peso.
¿Que pruebas debemos realizar?
Ante todo y como todas las enfermedades de sospecha endocrina debemos de realizar un análisis sanguíneo, en el, si tenemos un animal positivo de hipertiroidismo tendremos un leucograma de estrés con eritrocitosis y un aumento de las enzimas hepáticas (ALT, AST, FA) junto con una azotemia prerrenal.
¿Que pruebas especificas nos resultaran útiles para diagnosticar un hipertiroidismo?
Tenemos tres pruebas que nos van a ayudar a diagnosticarlo que son: medición de T4 basales que estarán aumentadas en un 90% de los casos de la enfermedad; un test de supresión con T3 que en los casos de hipertiroidismo observaremos que la T4 no se modifica y en ultimo lugar podemos realizar una estimulación con TRH que no producirá su efecto en los casos de hipertiroidismo ya que los niveles altos de T4 inhiben la producción de TSH.
Otras pruebas que podemos realizar son un escaner tiroideo o una ecografía tiroidea así como una radiografía torácica para ver si tenemos una remodelación cardíaca como una Caradiomiopatia hipertrófica o dilatada.
¿Como se trata?
Tenemos tres opciones terapéuticas que son la supresión de la secreción de hormonas tiroideas con la ayuda del metimazol o carbimazol a dosis de 5mg/kg/BID que ayudaran a controlar los niveles de T4 en sangre aunque no corregirán la adenomatosis tiroidea; la administración de yodo radioactivo y la tiroidectomia que puede ser unilateral o bilateral.
La técnica mas segura es la administración de yodo radioactivo ya que el tratamiento con metimazol puede producir muchos efectos secundarios sobre todo digestivos y la tiroidectomia es una cirugia delicada en la cual podemos dañar el nervio laríngeo y provocar un hipoparatiroidismo secundario originando una hipocalcemia iatrogenica.
Aquí podeís ver un caso clínico de hipertiroidismo felino.
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